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Comprensión científica de la moralidad

Del número de julio de 1953 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


La Christian Science impele y protege la moral en toda su pureza. Con efecto, explica la base científica de la moralidad, mostrando que los estados de consciencia morales, como la castidad, la honradez, el afecto y la abstinencia de toda codicia se derivan de la divinidad siendo por tanto reales, y que hay que resguardarlos. A raíz de su descubrimiento de la ley espiritual que cura, Mary Baker Eddy a menudo la llamaba la “Ciencia Moral.” Ella descubrió que el bien o lo bueno es todo, encontró que Dios es la única fuente del bien y probó que la impecabilidad es el derecho innato de todo hombre.

Cuando uno entiende así la moralidad en la Christian Science, su sensibilidad moral progresa necesariamente hacia la demostración de la espiritualidad absoluta del hombre como imagen de Dios. Pero cuando la moralidad se deja a merced de la intuición sin la explicación del Principio divino que revela su base científica, las imposturas agresivas de la supuesta mente mortal suelen embotar la sensibiladad moral ocasionando su degeneración. Todos tienen derecho a la libertad moral, y la Christian Science demuestra la potencia del Todopoderoso para mantener el carácter del hombre a la semejanza de su Hacedor. Dice Mrs. Eddy en The People's Idea of God (La Idea que la Gente tiene de Dios, pág. 3): “Regocijémonos de que el iris de la omnipotencia ya se extiende abarcando los cielos morales, y que la idea más espiritual del bien y de la Verdad aureola el viejo pensar material como una promesa sobre la nube, al par que inscribe en las mentes de los hombres de hoy día una religión más metafísica, fundamentada en la Christian Science.”

Cuando Moisés dió a la humanidad la ley moral, añadió medidas punitivas para los que la desobedecieran, y esto era necesario a fin de despertar su consciencia y enseñar a un pueblo primitivo a distinguir entre lo justo y lo injusto. Cristo Jesús no derogó los Mandamientos sino que enseñó que hay que cumplir con ellos con ánimo de amor y rectitud. De esa manera la justicia de los que le siguieran tenía que superar “a la justicia de los escribas y fariseos” (Mateo 5:20). No había de ser mero comportamiento exterior, sino amor y pureza interiores lo que determinara la obediencia individual a la ley de Dios. La interpretación de la ley que dió el Maestro en términos de amor avivó mucho el adelanto de la humanidad hacia el Espíritu. En la actualidad la Christian Science apresura más aún ese adelantamiento, porque revela la perfección absoluta del hombre como idea incorpórea de la Mente, y mediante su demostración del orden divino y perfecto del ser, el bien moral se transmuta en la realidad divina.

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