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La idea del Cristo está siempre presente

Del número de abril de 1958 de El Heraldo de la Ciencia Cristiana


El Cristo, que revela la idea correcta de todo, no se ve nunca velado u obscurecido para el concepto espiritual, ni jamás envuelto en la materialidad, que reclama ser buena o mala. El Cristo está siempre presente, mostrando la perfección eterna de la forma, el perfil, el color y el ser del hombre espiritual, el único hombre verdadero. En razón de que esta es la verdad, no hay cabida para un opuesto — para un hombre enfermo, pecador, carente o moribundo. Pero la supuesta mente mortal arguye que un lugar tal existe y es este argumento especioso el que hace sus demandas al paciente y al practicista.

Los estudiosos de la Christian ScienceNombre que Mary Baker Eddy dió a su descubrimiento (pronunciado Crischan Sáiens). La traducción literal de estas dos palabras es “Ciencia Cristiana”. prontamente reconocen que el punto de partida del cual uno comienza su tratamiento es importante. “El empezar bien significa acabar bien,” se nos dice en la página 262 de “Ciencia y Salud con Clave de las Escrituras” por Mary Baker Eddy. ¿Cómo comienza uno correctamente? Pues se debe empezar con aquello que es justo, correcto y verdadero, y no con aquello que niega lo verdadero y la realidad. Pero es sorprendente notar cuán frecuentemente nos vemos comenzando nuestro razonamiento acerca de la enfermedad o la desarmonía de toda laya con el error en vez de con la verdad concerniente a Dios y el hombre. Esto no debería de ser así. Las razones son obvias. El comenzar nuestro tratamiento en la Christian Science con el error, el discutir acerca de él, tratar de diagnosticarlo materialmente, el esforzarse por señalar su origen y el intentar trazar su curso y predecir su resultado, sólo tiende a la acumulación de las reclamaciones del error, cuando en realidad el trabajo científico es desenmascararlas y reducirlas a su propia nada.

En Ciencia y Salud Mrs. Eddy escribe (pág. 233): “Para curar cualquier enfermedad, se requiere la verdad contraria respecto a ella.” El sentido sufriente a menudo concentra el pensamiento sobre la falsificación en vez de sobre el hecho opuesto. La falsificación vela u obscurece al Cristo, o la idea correcta, o al menos trata de hacerlo. Queda en claro entonces, que el trabajo de la Ciencia es filtrarse a través de la aparente envoltura o velo, de manera que el Cristo siempre presente pueda manifestarse a la consciencia humana.

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